Empresas en ERTE lograron mayor tasa de supervivencia

La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en la economía global, y España no ha sido la excepción. Desde su inicio, el panorama empresarial ha cambiado drásticamente, con una reconfiguración de sectores y un repensar de las estrategias laborales. Un estudio del INE revela no solo la resiliencia de ciertas empresas, sino también la importancia de los ERTE en la supervivencia durante esta crisis. A continuación, exploraremos cómo las empresas que adoptaron esta medida emergieron con una mejor tasa de supervivencia, junto con otros factores clave que jugaron un papel crucial en este escenario.
Tendencias iniciales en el primer trimestre de 2020
Al comenzar el año 2020, España contaba con 1,2 millones de empresas y más de 2,9 millones de autónomos. Sin embargo, la llegada de la pandemia provocó una caída significativa en estas cifras. Durante el primer trimestre, se observó que el 17% de las empresas dejaron de operar antes de octubre, lo que representa una crisis alarmante para la economía nacional.
Más de 140.000 pymes se vieron obligadas a cerrar, lo que repercutió de manera dramática en el mercado laboral. Entre los trabajadores autónomos, se contabilizaron casi 60.000 bajas a finales de marzo, según datos del Registro de Trabajadores Autónomos (RETA). Este panorama sombrío evidenció la necesidad urgente de apoyo estatal.
Los ERTE (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo) se convirtieron en una herramienta vital para mitigar el impacto de la crisis. Las empresas que optaron por esta medida durante el primer trimestre mostraron una tasa de supervivencia tres puntos porcentuales más alta que aquellas que no lo hicieron. Esto subraya la eficacia de los ERTE como mecanismo de protección laboral.
Las empresas de mayor tamaño presentaron mejores oportunidades de sobrevivencia. Solo el 85,1% de las pequeñas empresas con menos de seis trabajadores logró mantenerse operativas, en contraste con un porcentaje casi total de aquellas con más de 250 empleados que continuaron su actividad.
Geográficamente, el impacto no fue uniforme. Andalucía fue la región más afectada, con un 13% de las empresas en Sevilla registrando bajas en el primer trimestre. Otras comunidades como Cataluña y Madrid también mostraron cifras preocupantes en cuanto a cierres empresariales.
En particular, Zaragoza se destacó como la ciudad con la mayor proporción de autónomos que abandonaron su actividad, alcanzando un 7,1% de reducción.
Recuperación en el segundo y tercer trimestre tras el confinamiento
A medida que se levantaron las restricciones, se observó un repunte en la actividad empresarial. Durante el segundo trimestre, el 26,3% de las empresas que habían perdido trabajadores los recuperaron, lo que indica un leve retorno a la normalidad. Esta tendencia se tradujo en una estabilización de los autónomos, quienes experimentaron una ligera recuperación del 0,8% en comparación con el primer trimestre.
Entre los autónomos que habían cesado actividades en los primeros tres meses, un 14% logró reintegrarse al sistema a finales del segundo trimestre. Este resurgimiento fue un signo alentador de que muchas empresas estaban adaptándose a las nuevas condiciones del mercado.
El descenso en el número de trabajadores en ERTE también fue notable. Al finalizar septiembre, el porcentaje de asalariados en esta situación bajó del 22,7% en el primer trimestre a un 16,3%, reflejando la reactivación del mercado laboral.
Análisis de la supervivencia empresarial por sector
El estudio del INE proporciona datos valiosos sobre cómo diferentes sectores se vieron afectados por la crisis. La clasificación de actividades según la CNAE (Clasificación Nacional de Actividades Económicas) muestra variaciones significativas en las tasas de supervivencia. Por ejemplo, el sector de la construcción, que contaba con 56.616 empresas al inicio de 2020, vio caer su número a 41.860 en octubre, lo que representa una supervivencia del 73,94%.
En el sector de los servicios de comidas y bebidas, que es fundamental en la economía española, el número de establecimientos sobrevivientes fue del 74,86%, una cifra preocupante considerando la importancia de estas actividades para el turismo y la hostelería.
Los sectores más perjudicados fueron aquellos relacionados con la cultura y los espectáculos. De las 3.946 empresas registradas en actividades artísticas, solo 2.556 lograron sobrevivir, lo que se traduce en una alarmante tasa de supervivencia del 64,77%.
Por otro lado, la industria de la alimentación logró resistir mejor el impacto de la COVID-19. Antes de la pandemia, se registraron 18.936 empresas en este sector, y a finales del tercer trimestre se mantuvo un impresionante 89,23% de supervivencia. Esta resiliencia se debe a la demanda constante de productos alimenticios, incluso en tiempos de crisis.
Además, el comercio al por menor se mantuvo relativamente fuerte, con un 83,72% de las 183.590 empresas que iniciaron el año aún operativas en octubre. Esto resalta la importancia del sector minorista en la economía española y su capacidad de adaptación ante adversidades.
Desafíos y perspectivas futuras para empresas y autónomos
A pesar de los datos positivos sobre la supervivencia, las dificultades persisten. Las empresas y autónomos enfrentan diversos desafíos para mantenerse a flote, incluyendo la reducción de la demanda, la dificultad de acceder a financiación, y la incertidumbre económica. Estos factores hacen que la recuperación sea un proceso largo y complejo.
Además, la llegada de ayudas procedentes de Europa se ha convertido en una expectativa crucial para ayudar a amortiguar la caída y facilitar la reactivación económica. Sin embargo, la implementación de estas ayudas y su efectividad aún está por verse.
Los datos muestran que la capacidad de adaptación y la diversificación de servicios serán claves para que las empresas sobrevivan en este nuevo contexto. A medida que el mercado evoluciona, las empresas deberán identificar nuevas oportunidades y ajustar sus modelos de negocio para enfrentar los retos del futuro.
Para aquellos interesados en profundizar en esta temática, compartimos un video relacionado que ofrece una visión más amplia del impacto de la crisis en el entorno empresarial en España:
En resumen, la pandemia ha dejado una huella indeleble en el tejido empresarial español. La capacidad de adaptación y la implementación de medidas adecuadas, como los ERTE, han sido esenciales para la supervivencia en tiempos de crisis. Sin embargo, el camino hacia la recuperación sigue lleno de incertidumbres que exigirán fortaleza y creatividad por parte de empresas y autónomos.
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